Estaba todo listo para empezar a las ocho de la noche. A las nueve y media, cansado de esperar, Néstor se retiró enojado al interior de la quinta de Olivos.
Así se podría contar, la no visita ayer del ex presidente a Gran Cuñado. Pero obviamente hay más detalles que vale la pena contar.Las negociaciones fueron arduas. Demasiados intereses en juegos. Por un lado las dudas del
oficialismo sobre la conveniencia o no de la presencia de su candidato en el ciclo humorístico. Por el otro la constante presión del
Grupo Clarín para que su enemigo político no aprovechara la excusa del derecho a réplica para lanzar, en territorio propio, una diatriba contra el
multimedio. En el centro
Marcelo Tinelli, comprometido con ambos y con la ambición lógica de completar una jornada con buen
rating.
El martes fue el día más cruel. A media mañana los más cercanos a
Kirchner estaban deliberando si iba o no. De pronto uno de ellos recibió un mensaje de texto. Preguntaba si ya había decidido que vaya. Terminaba con una frase inquietante:
“Es el fin de Tinelli”. Lo que hacía importante el mensaje era la firma:
Jorge Rendo, CEO del
Grupo Clarín, uno de los
capos. La noticia, publicada por este diario en forma exclusiva y ratificada completamente hoy, corrió como reguero de pólvora.
“Ahora sí están nerviosos”, dicen que dijo el
ex presidente. Fue lo que necesitó para convencerse de ir o, por lo menos, de estar. Primero porque ponía en jaque a su enemigo
mediático gracias a un hueco que le dejaba
Gran Cuñado, detestado al principio por el gobierno y luego adorado por todo los pingüinos. Segundo porque, con encuestas en mano, comprobaron que a partir de la valentonada de
Francisco de Narváez de romper el hielo sus números subieron de manera considerable. La decisión estaba tomada.
Ayer ya se empezó a gestar el esperado encuentro. La primera intención era ir al piso y salir en vivo, sin red y evitando así cualquier tipo de censura. Después de un par de horas de discusión y de llamadas constantes de las autoridades del canal para presionar, se decidió dejar de lado esa opción para evitar así lo que en la interna del grupo llaman
“el efecto D´Elia”.
¿A que se referían? Al día
que el líder piquetero, en el ciclo en vivo de
“A dos voces”, aprovechó para pegarle sin piedad a
TN y a la empresa en general. Un papelón que no querían volver a repetir. De allí se manejó la segunda alternativa. Salir desde la quinta de Olivos. La primera intención también era en vivo e interactuando con
Freddy y
Marcelo.Otra vez las presiones obligaron a dejar la idea de lado. Pero el empecimiento del conductor y las
chicanas del gobierno que comenzaban a hablar de censura lograron llegar a un punto intermedio: grabar. Fue así que se combinó en que a las ocho de la noche estaría listo un equipo de grabación para, por fin, lograr el encuentro más esperado y promocionado de los últimos días.
Incluso
Néstor Kirchner, ya convencido y con las últimas encuestas que lo ponían un tanto nervioso, decidió suspender un viaje que tenía previsto a
Mar del Plata para participar de su virtual cierre de campaña en
“Showmatch”. A la hora prevista ya estaba todo listo para comenzar la grabación. Pasaron quince minutos, veinte, una hora y nada.
A las nueve y media le anuncian al
ex mandatario que todo se suspendía. Fueron más fuertes las presiones de
Clarín que el poder virtual de
Tinelli. Los que estaban en el lugar aseguran que
Kirchner saco a relucir toda su furia y su bronca. A los gritos se retiró al interior de la quinta. Aseguraba a los gritos que habían ejercido censura en su contra y que eso lo iba a comentar públicamente para que todos supieran como se manejan sus enemigos
mediáticos. Parecía el comienzo de una nueva guerra. Explicaciones desde el lado de la calle
Olleros (Ideas del Sur), intentando calmar a la fiera y no sufrir las consecuencias directas.
Trabajo fino de los asesores para que se calmara y, por lo menos, saliera por teléfono. Recién cerca de la medianoche
lograron convencerlo de la idea. Mientras tanto, consciente de que
Néstor no iba a ir,
Marcelo montó todo un
show esperando la visita. Él ya sabía que nada de eso iba a suceder pero el
rating no.
¿Qué lo terminó de convencer? La posibilidad de dejar claro que el estaba dispuesto a ir y que no lo dejaron. Fue así que lo dejó en claro en el diálogo con sabor a nada que se produjo entre el político y el animador. Allí le dejó saber que lo querían hacer jugar de visitante y que no se atrevían a
bancar su presencia en las entrañas mismas del
13.
Igual bajó línea.
“Quiero juntarme en vivo para discutir ideas”, “Qué te pasa Clarín, está nervioso” “¿Ahí están todos en blanco?” y “si no me censuran”, fueron algunas de las frases más
chicaneras que dejó caer
Néstor en su virtual presencia en
Gran Cuñado.
Marcelo Tinelli, con cintura, intentó desviar la charla y evitar que el discurso se profundizara. Lo invitó a ir la semana que viene. Allí nuevamente dejó en claro la situación.
“Pero en vivo y sin censura”, remató el candidato como para dejar todo claro.
Así termino uno de los culebrones más comentados de los últimos días. Todos felices y contentos.
Clarín porque evitó un piquete en su propia casa.
Tinelli porque, aunque sea telefónicamente, tuvo al
ex presidente en el ciclo. Y
Kirchner que se mostró democrático y un
poquitín censurado, en una posición que le resultó cómoda y beneficiosa políticamente. Así sucedío todo.
En realidad, ni tan felices ni tan contentos, porque luego de tanto desencuentro, hoy trascendió que el conductor dejaría Canal 13 a fin de año para volver a Telefé. Suponemos que en agradecimiento por la lavada de imagen, Néstor le retribuye con su pase a Telefé.
xxzxxFuente Primicias YaNotas Relacionadas:
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"Se bajó el oficialismo". No habían pasado las nueve de la noche y una señora, de riguroso largo, muy arreglada ella, ofrecía seguramente sin saberlo el título de la noche.
