viernes, 26 de marzo de 2010

Carlos Pedro Blaquier recibió a almorzar a Eduardo Duhalde en "La Torcaza"


El dueño del ingenio Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, recibió este mediodía en su lujosa mansión de San Isidro a Eduardo Duhalde. Futuro gobierno y financiamiento de campaña, dos de los temas inevitables.

Es uno de los hombres más ricos de la Argentina. Carlos Pedro Blaquier, un verdadero zar de la industria papelera y agroindustrial -entre otras varias inversiones-, recibió en su mítica mansión de San isidro "La Torcaza" a Eduardo Duhalde.


El almuerzo se produjo este mediodía con unas exquisitas botellas del tinto español Vega Sicilia -el preferido de famosos millonarios como Marcelo Tinelli-, regaron el almuerzo que desbordó el garbo renacentista que este sofisticado empresario imprime a sus eventos sociales.

Rodeados del marmol de la residencia, Carlos Pedro Blaquier - ex marido de Nelly Arrieta, directora de la Fundación del Museo de Bellas Artes-, recibió al bonaerense, se presume para analizar el futuro del país y en particular posibles recambios presidenciales.

Incluso, no habría que descartar que las buenas migas que sorprendentemente se generaron entre el caudillo de Lomas de Zamora y este exponente de la "aristocracia" argentina, terminen cristalizadas en un generoso aporte a la campaña del bonaerense.

Fuente: Infobae

lunes, 22 de marzo de 2010

La perra de los Kirchner es del Peronismo Federal


Finalmente quedó confirmado oficialmente que la perra que tienen los Kirchner en Olivos era un regalo del Ing. Felipe Solá.

Pero lo que no se sabía era que, además, al animal le atribuyen el rótulo de ser peronista disidente y de haberse comido los flamencos que estaban en la quinta presidencial.

En la sesión del miércoles pasado en la Cámara de Diputados, el jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi, interrumpió su discurso para contar que la primera vez que entró en Olivos, cuando Julio Cobos dió su voto "no positivo" del campo, la Presidenta le dijo que la perra que tenía allí era un regalo de Solá.

“La verdad es que cuando uno tiene ese nivel de relación en política, tendría que dejar de lado las chicanas”, acotó Rossi, como para mandar una señal de crítica a Solá por haberse pasado a las filas enemigas.

Ante las carcajadas y aplausos de sus pares, el titular de la bancada del Peronismo Federal salió a responder: “Es cierto que le regalé la perra a la señora presidenta si mal no recuerdo en 2005 -aclaró-, pero el problema fue que la perra creció, se hizo peronista disidente y se comió a los flamencos de Olivos”, dijo.

El recinto en pleno estalló de la risa.

Fuente: La Nación

lunes, 1 de marzo de 2010

El Backstage del discurso de Cristina Fernández de Kirchner

Sonrisas, festejos y caras largas. De todo se observaba en el Congreso de la Nación mientras Cristina Fernández de Kirchner brindaba su discurso en la apertura de las sesiones ordinarias.


El diputado Néstor Kirchner sonreía todo el tiempo a medida que Cristina avanzaba con sus palabras. Alcira Argumedo (Proyecto Sur) tomaba nota de las frases que disparaba la Presidenta, al igual que Juan Carlos Morán (Coalición Cívica), que escribió todas las cifras que lanzó CFK y después disparó: "Cristina vive en el país de las Maravillas".

El senador fueguino Jorge Colazo, un aliado incondicional del Gobierno, se relajó y después de una hora de discurso apoyo los brazos y la pera en el escritorio de su banca. Mientras tanto, la diputada Gil Lozano (CC) no paró de abanicarse desde que empezó la sesión; lo mismo hizo la hermana de Cristina, Giselle Fernández, que siguió el discurso con su madre, Ofelia Willheim. Pero son sólo algunos de los detalles de los entretelones del Congreso.

Hubo un silencio total cuando Cristina dijo que "los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra", una crítica directa al sistema judicial el día que anunció la derogación al decreto de necesidad y urgencia que creó el Fondo del Bicentenario, trabado por la Justicia. Como contrapartida. El rictus de Ricardo Lorenzetti se mantuvo inmutable durante todo el discurso y se retiró sin ahcer declaraciones.

Lo más aplaudido por oficialismo fue el chicaneo a Clarín y los jueces, cuando la Presidenta señaló: "Faltan jueces que no fallen a favor de la tapa de Clarín sino de la ley". También se festejó la asignación universal por hijo y el anuncio de la derogación del DNU que creaba el Fondo del Bicentenario.

Hubo un momento de distensión cuando Cristina apuntó al diputado formeseño Ricardo Buryaile, para contar una anécdota de sus épocas de diputadas. "Yo me sentaba ahí", recordó. El diputado agrario la miró sorprendido y hubo algunas risas.

Por su parte, la ministra de Defensa, Nilda Garré, se mostró emocionada cuando la mandataria se refirió a las actividades que se realizan desde su ministerio, entre lo que no dejó de mencionar la búqueda de justicia por las víctimas de la última dictadura militar.

Más allá fue la diputada k por la provincia de Mendoza, Patricia Fadel, quien lloró cuando Cristina contó una anécdota con un nieto de desaparecidos. La Presidenta narró que en una oportunidad se le acercó un joven y les preguntó a ella y Néstor Kirchner si se podía tomar una fotografía con ellos ya que no podía hacerlo con sus padres. "Casi me desmayo", dijo CFK. Las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo aplaudieron el relato de la Presidenta.

La polémica Sandra Mendoza esta vez estuvo callada, masticando chicle y tomando agua. Luego comenzó a comerse las uñas y aplaudió poco el discurso de Cristina. Por su parte, ajeno a su habitual carácter, el diputado Ricardo Alfonsín se levantó de la sesión, después de oir atento, pero muy serio el discurso. Héctor Recalde escuchó como pocos el discurso presidencia y mostró su bronceado que aún conserva de la resaca del verano.

El senador fueguino José Martínez, otro aliado del gobierno, llegó tarde y se quedó sin lugar. Miró toda la sesión parado al lado de Vilma Ibarra y su compañera de banca, María Rosa Díaz. Otros que no fueron muy puntuales para llegar al recinto fueron Fernando "Pino" Solanas y Miguel Bonasso, que caminaron en busca de una banca donde sentarse. El peronista federal Eduardo Amadeo directamente puso una silla en uno de los pasillos.

Los senadores Luis Juez y Eugenio "Nito" Artaza, conocidos por su humor siempre presente, no esbozaron nunca una sonrisa. El cordobés estuvo aún más serio que el día que descendió Talleres, el club de sus amores. Otra senadora que llamó la atención de varios fue la santafesina Roxana Latorre, quien no hizo declaraciones al ingresar al recinto y se mantuvo en silencio al salir. Aplaudió varias veces a la presidenta, a diferencia de otros opositores de la Cámara Alta, lo que disparó todo tipo de especulaciones sobre un eventual apoyo al Gobierno.

Nada de aplausos. La centroizquierda se mantuvo aparte. Salvo Carlos Heller, los representantes de este sector no aplaudieron los nuevos de Fernández de Kirchner. La diputada Sandra Riobo gritó contra CFK cuando ésta tocó el tema del uso de las reservas para el pago de la deuda. Por último, la diputada Victoria Donda se mostró por demás coqueta: utilizó su celular como espejo y se fijó con detenimiento si su lápiz labial estaba bien.